PROTECCIÓN DE MENORES.
A continuación voy a realizar un resumen del trabajo protección de menores expuesto por mis compañeros en clase, es un trabajo realizado en un centro de protección de menores situado de Córdoba “Centro de protección de menores Beatriz Enríquez” y en éste, trato de explicar qué es un Centro de menores, el porqué un menor entra en una institución de estas características, y las distintas fases que pasa el menor hasta el final en dicho centro.
1.- Abordaje Histórico
La problemática específica de este colectivo, se dio en el reinado de Carlos III que creó el virreinato del Rio de la Plata, abre una vía marítima entre Buenos Aires y España, enviando a 9.000 hombres a la ciudad que tenia 28.000 habitantes.
Esta presencia de hombres en tránsito produjo un aumento de embarazos no deseados, con el consecuente abandono de los recién nacidos, así nace en 1779 la Casa Cuna que ampara y protege a los infantes abandonados estableciéndose un reglamento que obliga a los médicos de estas casas a cuidar de los enfermos y vigilar la salud de los niños sanos.
2.- Protección de menores
En principio sería conveniente definir que es la protección de menores, según la ley 1/1998 de 20 de abril de los derechos y atención del menor, de la Junta de Andalucía dice “A los efectos de la presente ley, se entiende como protección del conjunto de actuaciones para la atención de las necesidades del menor, tendentes a garantizar su desarrollo integral y a promover una vida familiar normalizada”.
Por el contrario la desprotección, puede llevar a la aparición de una serie de consecuencias psicosociales que a continuación detallo:
3.- Trastornos emocionales y relacionales.
Incapacidad de establecer relaciones emocionales seguras: provocando una reprobación y rechazo hacia los demás e influyendo en el desarrollo emocional de la persona.
Baja autoestima: percepción de emociones negativas respecto a si mismo.
Rendimiento académico: bajo, falta de asistencia a clase frecuentemente, problemas de concentración.
4.- Respuestas del menor a las situaciones vividas
En posición de conflicto: presentan una actitud de desconfianza y rechazo, no se hacen responsables de nada y reaccionan con rebeldía.
Desesperación y falta de autoconfianza: se niegan a afrontar su futuro y su autoimagen es un reflejo de cómo cree que los demás lo perciben.
Afrontan con éxito las condiciones de vida adversas que han vivido: Tienen dos tipos de características principales: capacidad de resistencia y espíritu constructivo.
5.- Factores de riesgo
Los factores de riesgo que pueden influir en los menores se pueden resumir en dos partes
En el ámbito familiar, la comunicación padre-hijo es fundamental, se pueden prevenir los factores de riesgo supervisando sus actividades, conociendo a sus amistades y conociendo sus inquietudes personales.
Los factores de riesgo que se dan en el entorno familiar principalmente son:
Situación familiar caótica (padres adictos a sustancias o con enfermedades mentales
Paternidad ineficaz, se produce cuando la personalidad del menor supera a la de sus padres.
Falta de enlaces mutuos y cariño en la crianza
En el ámbito escolar las estrategias para impedir los factores de riesgo son: una mejora en la comunicación con el grupo de iguales, así como con los superiores, un aumento en la conducta social con sus compañeros y estrategias para rechazar el consumo de drogas. En cuanto a los comportamientos que se pueden dar en este ámbito son: comportamiento tanto agresivo como tímido, fracaso escolar, dificultad en las relaciones sociales, afinidad entre compañeros de conducta desviada y uso de drogas en el ambiente escolar.
6.- Los principales problemas de conducta dentro de los centros.
Los niños que se socializan en ambientes de inestabilidad familiar suelen desarrollar conductas de violencia intrafamiliar, maltratos físicos y psicológicos, consumo de drogas etc.
Abandono escolar
Suelen estar faltos de afectividad por parte de su familia
Falta de recursos económicos por falta de trabajo de los padres
Predominio impulsivo o hiperactivo por parte de los niños, es su forma de expresar la falta de cariño.
Falta de iniciativa en hábitos básicos de higiene o de rutina diaria.
7.-Formulas actuales de intervención
El procedimiento cuando un menor se dispone a ingresar en un centro de protección consta de varias fases:
Fase de pre acogida: los objetivos fundamentales en esta fase son:
Controlar factores que provoquen un impacto emocional
Recabar información básica de las características familiares y personales previas el ingreso
En esta fase se pueden diferenciar dos situaciones, el ingreso vía programada, esto conlleva la preparación de la documentación (resolución de desamparo, informes técnicos, información de interés y documentación personal del menor), después se comunicará la posible fecha de ingreso. Los ingresos no programados o de urgencia, que pueden ser a través de la policía o resolución judicial, o bien por ingreso a través del servicio de protección de menores.
Fase de acogida: en esta fase hay varias personas implicadas, el director, que se encarga de la ubicación del menor, el equipo técnico que prepara el proceso de adaptación al nuevo entorno, el educador-tutor que traslada la información al resto del equipo. En esta fase debe haber un protocolo de bienvenida que incluya, que personas facilitan la información, que información se le dará al menor, a los otros menores residentes y al personal que no ha participado en el ingreso.
En esta fase de acogida existe un plan de actuación para paliar los sentimientos negativos del menor, en líneas generales son:
Exploración médica (vacunas, patologías o deficiencias, abusos, maltrato)
Ayuda emocional, conductual y cognitiva
Desarrollar acciones educativas para normalizar la vida del menor en el centro
Preparar la integración del menor en el grupo
El tutor servirá de guía y apoyo al menor
Revisión de los documentos personales del menor
Fase de asentamiento: seguimiento del caso, programación de las actividades con la familia, trabajo con el menor, evaluación y propuesta después de un año y medio de trabajo con el menor y posibilidad de acogimiento familiar.
Fase de salida del recurso residencial: la salida puede estar motivada por, la reintegración familiar o por el acogimiento familiar, dentro de los acogimientos pueden ser:
Acogimiento de urgencia (recién nacidos)
Acogimiento simple, el menor sale del centro para convivir con una familia por un tiempo determinado
Acogimiento permanente, el menor convive con una familia hasta la mayoría de edad
Acogimiento especializado, puede ser cualquiera de los anteriores pero alguno de los padres es un profesional del ámbito educativo.
8.- Intervención educativa basada en un modelo de actuación concreto
Partiendo del punto de que no todos los jóvenes disponen de un núcleo familiar idóneo para su desarrollo, se establecen unos principios básicos en la intervención educativa, que son: normalización, individualización, creatividad, personalización y acción integral.
En cuanto a la metodología que se aplica en este centro se usan los siguientes criterios:
La acción tutorial: orienta al menor de una forma individualizada haciendo que éste participe de forma protagonista.
Los métodos educativos: diversos y previamente planificados para compensar déficits y potenciar capacidades.
Pedagogía de la vida cotidiana: organizar la cotidianidad y los tiempos como regularidad, adquirir normas de convivencia etc.
Pedagogía del afecto: aquí se desarrolla la seguridad emocional, la autoestima y la valoración personal.
9.-Estrategias del centro
El centro tiene que tener elaborado un diagnostico de cada familia para ejercer un trato diferenciado e individualizado.
Realizar un trabajo de concienciación a la familia de lo que se espera de ella.
Mecanismos de comunicación para ponerse en contacto con el equipo técnico del centro.
Agilidad en comunicación de la familia con los educadores.
Potenciar la colaboración y participación de los padres en las tareas de ayuda.
Facilitar condiciones para que los familiares conozcan la organización, funcionamiento y calidad de vida de sus hijos para poder opinar y recomendar lo que crean oportuno.
Nunca como ahora los niños han gozado, en los países desarrollados, de tantas atenciones, cuidados y estatus, sin embargo, cada día vemos como los menores no dejan de entrar en los centros de acogida por distintas causas y ninguna de ellas positiva.
La tónica actual del aumento de derechos, sin contraprestación de deberes para los menores, está suscitando malestares, entre la población mayor con respecto a los más jóvenes, pero no olvidemos nunca que debemos intervenir y prevenir el dolor de la infancia, así como cuidar y formar a los profesionales que cuidan de esa niñez dolorida, porque ellos serán en un futuro, el producto de nuestras actuaciones.
Por ello hay que intervenir con procesos seguimiento a las familias y propuestas entre las personas y entidades implicadas, incorporando a toda la sociedad, en esa sensibilidad hacia los derechos de los menores, sin olvidar de trasmitir a éstos todas aquellas obligaciones a las que también ellos están comprometidos.
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