TEMA 4. TEORIAS SOBRE LA INADAPTACION SOCIAL Y SUS MODELOS DE INTERVENCION
A continuación paso a resumir lo que se podría denominar Teorías Explicativas de la Desadaptación Social, pero antes haré referencia a algunas concepciones filosóficas que más directamente han incidido en el tema de la desadaptación social en las sociedades occidentales.
Las dos corrientes filosóficas que más influencia han tenido en el tema que nos ocupa han sido el Liberalismo y el Positivismo, que a su vez en materia de pensamiento criminológico han dado lugar, respectivamente, a la Escuela Clásica y a la Escuela Positiva, ambas muy influyentes aun actualmente. Ambas filosofías, de corte intervencionista, han dado lugar a dos formas bien distintas de abordar el tema de la desadaptación, en general, y de la delincuencia, en particular.
La escuela Clásica tuvo sus inicios en el siglo XVIII. Sus representantes más significativos son Beccaria, Feuerbach y Bentham. Las ideas del Liberalismo que más influenciaron a la misma fueron la idea del “Libre Albedrio”, el hedonismo y la racionalidad. Según esto, una persona es libre de comportarse como quiera, lo hace movido por la búsqueda del placer y cualquier acción humana es fruto del pensamiento racional. En consecuencia se introduce la idea de pena o castigo para aquellos que alteran el orden social establecido. Otras ideas de esa misma Escuela son las de retribución (con la pena paga el daño causado a la sociedad), proporcionalidad del delito y la pena y disuasión (el castigo de un delincuente debe de servir de escarmiento para el mismo y de ejemplo para los demás ciudadanos)
La Escuela Positiva nacida en el siglo XIX, cuyos máximos exponentes fueron Lombroso, Garofalo y Ferri. Una de las ideas claves introducidas por el positivismo es la idea de determinismo. Los hombres son impulsados sin resistencia a sus acciones por su constitución (determinismo biológico) o por las fuerzas sociales (determinismo sociológico). Por lo tanto, las personas no somos libres de actuar sino que lo hacemos condicionadas por nuestra naturaleza y por el ambiente que nos rodea, lo que necesitan las personas que se desvían de la norma no es un castigo, sino rehabilitación y tratamiento. La escuela Crítica dice que ni el castigo ni la rehabilitación son efectivos para tratar los problemas de desadaptación si no se produce un cambio en las estructuras sociales.
De Leo (1985), Vega (1989), Mas y Ponce (1996) y Harris y Webb (1987), coinciden en distinguir cuatro grandes fases a la hora de hablar de la respuesta social, a la desadaptación; fase represiva, fase de beneficencia, fase terapéutica, fase crítica o de trabajo comunitario.
Anterior al siglo XVIII había un casi total predominio de la represión de los “desviados”, se les en cerraba en cárceles, no había ningún otro tipo de intervención. Con la aparición en el siglo XVIII de las ideas de Liberalismo, se empieza a diferenciar el trato que se da a los que infringen la ley y a todos aquellos que presentan conductas socialmente desadaptadas, aunque en España ya existían instituciones benéficas con anterioridad, por ejemplo la figura del Padre de Huérfanos que data de 1377 y funciono hasta 1794. A partir del siglo XVI podemos destacar también las Casas de Doctrina, Obras Pías de Niños Huérfanos etc.
En el estado Español la evolución de la intervención en materia de desadaptación social no ha evolucionado paralelamente, como lo ha hecho en los demás países de nuestro entorno, respecto a la población inadaptada adulta, lo represor ha sido la única vía posible. En el plano de la infancia se crearon los Tribunales Tutelares de Menores que perduraron hasta 1987, el cual consideraba al niño y adolescente como un objeto de protección, no como un sujeto de derecho, Cataluña se erige como pionera en las nuevas formas de intervención con el tema de las libertades vigiladas y posteriormente con medidas como la reparación a la víctima y los servicios en beneficio de la comunidad.
Ahora iniciaremos el repaso a las diversas teorías de las distintas formas de intervención.
Teorías sociológicas
Se podrían dividir en dos categorías: explicaciones macro-sociales y explicaciones micro-sociales (Denman 1988).
Las macro-sociales identifican el entorno social en que se mueve el individuo como la causa fundamental de la desadaptación. Esta perspectiva cobró gran auge al finalizar la Primera Guerra Mundial, momento en que grandes masas de personas empobrecidas por la crisis económica poblaban los barrios marginales. Actualmente entre los profesionales de base este pensamiento está muy arraigado, no sucediendo lo mismo en las esferas políticas donde abunda el pensamiento neo-liberal que tiende a minimizar el papel del entorno situando responsabilidad de la problemática en el propio individuo.
Una de las tendencias dentro de la perspectiva macro-social es la sub-cultural, asume que la desadaptación está concentrada en las capas sociales más bajas .Estas teorías sugieren, que la conducta delictiva es una conducta normal dentro de una sub-cultura y el estilo de vida ilegal se aprendería del mismo modo que cualquier otra conducta social.
Otra tendencia destacable dentro de las teorías sociológicas del nivel macro-social es la que enfatiza en ciertos fenómenos culturales como los “peer-groups”.
La Teoría Diferencial de Sutherland (1939) dice que las conductas desadaptadas, al igual que cualquier otra conducta, se aprende mediante el proceso de asociación con aquellos que presentan dichas conductas. A estas aproximaciones culturales y sub-culturales se les critica el hecho de que históricamente han tomado la postura de “exagerar la distancia entre la cultura desviada y el resto de la sociedad”, hay una tendencia a patologizar y a criminalizar a las comunidades más pobres y desarraigadas.
Las micro-sociales tienden a identificar factores familiares como la causa de la desadaptación, desestructuración familiar, escasa afectividad, escaso control parental etc.
Las Teorías Sociológicas han dado lugar a modelos de intervención de corte protector y compensador, como puede ser el modelo “wellfare”, así Rutherford (1986) resume los postulados de este modelo de la siguiente forma:
Los desadaptado sociales son el producto de un ambiente adverso, que se caracteriza por múltiples
privaciones.
Todos los jóvenes con problemas pueden ser tratados mediante un proceso diseñado para identificar sus necesidades.
La prevención del abandono y la mitigación de las desventajas conduce a la prevención de la desadaptación del crimen.
Las intervenciones derivadas de este modelo no parecen que sean efectivas a la hora de facilitar el ajuste
social de las personas.
El modelo de bienestar social o “wellfare” es un modelo interventor, puede llegar a la retirada permanente
de los hijos del medio familiar y social, en cambio existe otro modelo, que es el Modelo de Desarrollo que es mínimamente interventor, también fue descrito por Rutherford y sus principales postulados son:
Los principales recursos para el soporte y el control de los niños y jóvenes esta en el hogar y la escuela. Cuando es requerida una intervención formal, esta debería concentrarse principalmente en reforzar el poder de la familia y la escuela.
Lamentablemente en casos muy excepcionales se debería separar a un niño o joven de la familia y la escuela. Las intervenciones formales, especialmente las que requieren un internamiento, son entorpecedoras en dos sentidos. Primero el crecimiento normal del niño se ve amenazado. Segundo la capacidad de las instituciones desarrollo para ser efectivas se ve debilitada.
La intervención es responsabilidad principal de aquellas instituciones que tienen un compromiso con niños y jóvenes, estas instituciones son la familia y la escuela. Si estas instituciones fallan, entonces se requiere la intervención de instituciones especializadas.
Teorías centradas en el individuo
Estas teorías sitúan la causa de la inadaptación social en el propio individuo. Provienen principalmente del campo de psicología y entre ellas están:
Teoría de la personalidad de Eysenck: dice que ciertos tipos de personalidades están predispuestas a presentar una conducta inadaptada, incluso criminal. Según ello habría que esperar que un mismo individuo se comportara de la misma manera ante situaciones similares en tiempos distintos.
Teoría de la Racionalidad Limitada o de la Elección: esta teoría nos dice que los actos criminales son el resultado de elecciones y decisiones inmediatas tomadas por el delincuente.
Estas teorías se encuentran en la base de dos modelos de intervención sobre la desadaptación social:
Modelo de castigo-control (Rutherford) las ideas básicas de este modelo son.
1.- Muchos delitos y muchas conductas desadaptadas son un producto de oportunidad y de elección racional.
2.- En la medida que una persona sea responsable de sus propias acciones, debe dar cuenta de las mismas.
3.- El castigo es una respuesta válida de la conducta desadaptada como una expresión de de la desaprobación de la sociedad.
4. - Debería haber proporcionalidad entre la importancia de la conducta y el castigo.
Modelo de tratamiento:
1.- La conducta desadaptada es una condición patológica.
2.- los desordenes subyacentes de la conducta son susceptibles de diagnostico y tratamiento.
3.- Dada la gran variedad en las necesidades de los niños y jóvenes, la flexibilidad es esencial para determinar el tratamiento apropiado.
4.- Es necesario el consentimiento informado del destinatario para aplicar las tecnologías de tratamiento efectivas.
Los modelos de tratamiento también nos muestran serios problemas a la hora de hablar de resultados, Mc Guire dice, “aunque puedan ser efectivos para problemas en otras áreas, hay poca evidencia de que su uso continuado en el trabajo con delincuentes tenga como consecuencia resultados útiles. Las intervenciones basadas en modelos médicos, incluyendo no solo medicación sino también innovaciones como cambios en la dieta, tienen, por la ausencia de componentes psicológicos, muy pocas posibilidades de actuar sobre la conducta delictiva”.
Teoría de la reacción social
Esta teoría también denominada de etiquetamiento “labelling”, sitúa la causa de la desadaptación social en la reacción que tiene la sociedad ante las conductas desadaptadas.
La teoría del etiquetado hace que haya varios mecanismos que actúan, estos son:
- Regla de la perpetuación: habla de los mecanismos de la conservación y amplificación de la desviación, las etiquetas tienden a mantenerse.
- Regla de la economía: es la resistencia que pone cada uno a cuestionar una etiqueta impuesta.
- Regla de la consistencia: se produce el efecto Pigmalión. Lemert en una teoría llamada de desviación primaria y secundaria, atiende a la definición e identificación de la conducta en los procesos de desviación:
1.- Las formas de desaprobación social son factores que aumentan o disminuyen, la forma que tomara la primitiva diversidad.
2.- En la interacción con los sujetos que están fuera de la norma se crean mitos, estigmas, estereotipos
3.-La reacción informal tiende a extenderse y formalizarse en los procedimientos de rutina de los agentes y agencias encargadas del castigo.
4.- El status del sujeto se les asignan roles (criminal, marginado, inútil…)
5.- El individuo estigmatizado asume un cierto rol en relación a una concepción de si mismo inducida por la propia estigmatización.
Teoría del aprendizaje social
Bandura es el máximo exponente de esta teoría. La teoría del aprendizaje social se diferencia de otras teorías por su preocupación acerca de las variables situacionales que se dan en un determinado escenario en el que se produce una determinada conducta. Una de las teorías más conocidas de la teoría del aprendizaje social es la teoría de la Asociación diferencial de Sutherland, este autor plantea los siguientes postulados:
La conducta criminal se aprende:
Esta conducta criminal se aprende mediante un proceso de comunicación es la parte más decisiva de este proceso tiene lugar en el seno de las relaciones más intimas del individuo con sus familiares y allegados.
El aprendizaje del comportamiento criminal incluye el de las técnicas de comisión del delito y la racionalización de la conducta delictiva. La dirección especifica de motivos e impulsos se aprende de las definiciones más variadas de los preceptos legales.
Una persona se convierte en delincuente cuando las definiciones favorables a la violación de La ley superan a las desfavorables.
Los contactos diferenciales del individuo pueden ser distintos según la frecuencia, duración e intensidad de los mismos.
El proceso de aprendizaje del comportamiento criminal conlleva el de todos los mecanismos inherentes de cualquier proceso de aprendizaje.
La conducta delictiva es una expresión de necesidades y valores generales pero también lo es la conducta conforme a derecho.
Muchas de las ideas del aprendizaje social se encuentran en la base del modelo Reeducativo o Educativo descrito por Giménez-Salinas (1988) que tiene las siguientes premisas:
Las necesidades y problemáticas del niño y joven se pueden diagnosticar.
Las necesidades y problemáticas se pueden tratar mediante técnicas reeducativas adecuadas.
Postura ecléctica
A partir de la década de los 80 del siglo XX, empiezan a introducirse cambios en todas las legislaciones penales en materia de niños y jóvenes conflictivos. Tales cambios hacen referencia a los siguientes aspectos:
Se reducen las diferencias procesales entre la justicia penal ordinaria y la juvenil.
Se introduce la necesidad de establecer un límite claro entre la minoría y la mayoría de edad penal.
Se acentúa la responsabilidad del niño y del joven, aunque esté exento de responsabilidad criminal, debe reconocer y afrontar las consecuencias de sus actos.
La atención a la personalidad y a las necesidades del menor pasa a segundo plano.
Se afirma la necesidad de indemnizar a la sociedad y a las víctimas de los delitos.
Este modelo de responsabilidad ha estado coexistiendo con elementos de la intervención propios de otros modelos. Actualmente este es el modelo propio de todas las jurisdicciones de menores en los países occidentales.
Hoy en día se tiende más al castigo y al control, en Reino Unido está aumentando de forma alarmante el numero de internamientos, en Canadá y EEUU se está yendo a la “tolerancia cero”, en España en concreto en Cataluña los últimos cambios en el departamento de justicia no favorecen nada la implementación de los programas educativos que hasta ahora se han venido desarrollando, no existe ningún organismo alternativo que asuma toda la vertiente educadora o reeducadora.
A continuación vamos a ver diferentes enfoques respecto a cada grupo de población que pueden orientar a esos aspectos técnicos de la intervención. Se diferencia entre población en situación de riesgo social y población en conflicto social:
Población en situación de riesgo social: se pueden plantear las siguientes orientaciones teóricas:
Enfoque socio-ambientalista: acentúa la importancia de los factores ambientales y las actuaciones se centran en cambios ambientales.
Enfoque conductista y de aprendizaje: aquí la situación de riesgo es el resultado de los déficit educativos y del desconocimiento de los padres de cómo ejercer el rol parental, aquí se trabaja en cambiar las conductas negativas de los padres.
Enfoque psico-dinamico: los programas de tratamiento consisten en la exploración de sentimientos y experiencias pasadas, aquí se trabaja las causas subyacentes de estos síntomas más que las propias conductas.
Enfoque sistémico: aquí se parte de la premisa de que el individuo con problemas forma parte de una red de relaciones o de un sistema.
En este tipo de poblaciones lo primero que hay que hacer es calcular los riesgos que corren los niños y tomar las medidas necesarias. Centrándose específicamente en el ámbito del maltrato infantil se han desarrollado los siguientes enfoques (Gracia y Musitu 1993):
Enfoque psicológico-psiquiátrico: se considera que son las características psicológicas y los desordenes psicopatológicos de los padres los principales factores explicativos del maltrato infantil.
Enfoque sociológico o sociocultural: las condiciones sociales que deterioran la vida familiar, el desempleo por ejemplo, y los valores y las prácticas culturales que sostienen y justifican el uso de la violencia.
Enfoque socio-interraccional: se centra fundamentalmente en el análisis de los patrones disfuncionales de interacción entre padres e hijos.
Enfoque ecológico o ecosistemico: el maltrato infantil está determinado por fuerzas que actúan en el individuo,la familia, en la comunidad en la que la familia están inmersos.
Enfoque transicional: postulado por Wolfe (1987) dice que se describen tres estadios en la relación de conflicto padres-hijos:
Fase 1: hay una baja resistencia al estrés y una falta de inhibición de la agresión
Fase 2: la capacidad para enfrentarse a provocaciones o a crisis esta disminuida
Fase 3: se desarrollan hábitos de violencia entre los miembros de la familia.
Población en conflicto social: varios son los enfoques que plantean la intervención.
Enfoque psico-dinamico: Aichhorn aplico los principios del psicoanálisis en la reeducación de la pre delincuencia en un centro especial o reformatorio. Los objetivos pasaban por reconciliar al joven con la sociedad y orientarle a vivir según el principio de realidad. Aichhorn trabajo con 12 chicos excesivamente agresivos, intentando mantener una actitud de amistad organizando actividades agradables. Ante esta política de no intervencionismo, poco a poco la agresividad se apaciguaba y los chicos empezaron a tener una actitud positiva hacia los educadores.
Enfoque humanista y de orientación especializada: se concibe la intervención como una relación que se establece entre una persona más conocedora y otra menos conocedora, el asesor tiene unos conocimientos especializados y aplica unas técnicas con la finalidad de capacitar para que resuelvan constructivamente sus situaciones.
Enfoque sistémico: no concibe la intervención educativa del menor al margen del contexto familiar, es importante saber los diferentes roles familiares si están bien estructurados y el lugar que ocupa el menor en la familia.
Enfoque cognitivo: dice que una mejora del funcionamiento cognitivo se traduce en un mejor ajuste social y así se reduce la conducta delictiva.
Por lo que respecta a estos modelos el problema básico está en que parten casi exclusivamente de una sola teoría explicativa, entonces eso limita sus posibilidades de éxito en las intervenciones. Han surgido nuevos modelos de intervención que a continuación veremos:
Nuevas formas y nuevos modelos de intervención en inadaptación social
En los años 70 un gran descontento se apodero de la comunidad científica, todas las intervenciones y acciones que se habían estado emprendiendo no estaban dando resultado, todo ello genero un gran pesimismo y desconfianza pero por otra parte sirvió como motivación de la acción investigadora. Así Ross y Fabiano (1985) se dieron cuenta de que había intervenciones que si funcionaban y obtenían resultados satisfactorios. El factor clave está en comprender como se pasa de unas causas iniciales a la situación problemática actual. En el proceso de socialización de un individuo, este va adquiriendo todo un conjunto de habilidades de tipo cognitivo que le permiten interaccionar con su medio. Si durante este proceso el niño se ve expuesto a conductas desadaptadas difícilmente aprenderá a hacer uso de tales habilidades.
Ross y Fabiano identifican estas habilidades cognitivas:
Autocontrol
Estilo cognitivo
Locus de control
Percepción social
Empatía
Habilidades para la resolución de problemas
Estos autores se aferran a que una mejora en el funcionamiento cognitivo se traduce en un mejor ajuste social.
Otros factores que Ross y Fabiano señalaron como claves en los programas que funcionaban son:
El tipo de técnicas de intervención que se aplican El perfil de los profesionales.
La naturaleza de la relación entre los profesionales y los individuos. El grado en que se atienden los factores sociales y económicos del sujeto.
La intensidad y duración de los programas.
Deman (1988) también creo el curriculum compensatorio que centra el contenido de este curriculum en los
siguientes puntos, instrucción, tiempo libre y ocio, aspectos pre laborales y laborales, habilidades de vida e
intervención familiar.
En resumen los nuevos modelos de intervención se materializan en dos programas que actúan simultáneamente: un programa de aplicación intensiva, cuyo núcleo son las habilidades cognitivas y otro programa, de aplicación extensiva, en el que se atiende a la situación social del individuo. Reformulaciones más recientes del modelo cognitivo añade todo un conjunto de factores que son:
Cambiar actitudes antisociales.
Cambiar sentimientos antisociales.
Reducir las amistades o asociaciones antisociales.
Promover el afecto y la comunicación en el seno familiar.
Promover la supervisión familiar hacia el miembro conflictivo.
Promover la identificación o asociación con modelos pro sociales.
Promover habilidades pro sociales.
Valorar los resultados de las conductas adaptadas frente a las desadaptadas.
Asegurarse de que el sujeto es capaz de reconocer situaciones de riesgo y que podrá poner un plan efectivo para enfrentarse a dichas situaciones.